jueves, 28 de abril de 2011

La convicción de necesitar más de una autoría, como Pessoa, que pueda hacer numerosísimos libros con cada una de ellas.

Pues hay al menos cuatro lenguas, al menos sietes concepciones del Arte o del Poema o de la Belleza y muchos pero muchísimos más también estilos y géneros y estilos literarios.

La complicidad, el llanto o el enojo son problemas del lector, no de quien escribe.
¡Qué me vienen a hablar a mí del que escribió ese texto si el que escribió ya está muerto hace tiempo!
¿Acaso yo tengo algo más que ver aparte de la cara y de algún recuerdo?

Escribo sencillamente porque no puedo parar. ¡Cuántas veces hubiera preferido dormir, comer, bañarme! Es una dicha insólita saber que los instantes más perfectos son también los más fugaces. Pesar de párpados, insomnio, locuras de fin de semana en martes, jueves, lunes. Y en medio del instante uno ya sabe que es eterno, que el Arte es siempre pasado y la satisfacción se prolonga minutos o días, pero no más. ¡Siempre los poetas van a la muerte! Y es cierto, porque el poema es la muerte. Porque el Pasado es la Muerte. Y porque el destino nos espera siempre para morir millones de próximas veces más.
Qué lindo.

Si el significante "gay" tiene este significado, entonces, lo acepto sin tapujos: soy "gay".